domingo, 27 de febrero de 2011

1° Aniversario

Un día como hoy pero del año 2010, dio inicio la ruta por las información, la música y el seguimiento de la trayectoria de Nacho Vegas, un año que ha rendido frutos, ya que día con día nos visitan y están aquí compartiendo con nosotros.

Gracias a quien corresponda, es decir, a quien lo lea, por que nos visitas, por que nos lees y por que estas presente en esta pequeña brecha que conduce al buen conocimiento del cantautor Asturiano.

Gracias!

Atte: La Plaza de la Soledad

sábado, 26 de febrero de 2011

La literatura no es puro cuento


Nacho Vegas es cantante y escritor, Marcelo Figueras es escritor, cineasta y ensayista, e Ignasi Duarte es actor, dramaturgo y artista visual. Nunca habían estado juntos y mucho menos revueltos hasta que la Casa de América les planteó que debatieran sobre literatura. Pero no sobre el sexo de los ángeles literarios, sino para que llegaran a intuir la raíz literaria común que comparten las manifestaciones artísticas.

Una empresa nada baladí que, asumieron como un reto (más) en sus carreras y que han compartido con ABC. Como en el principio fue el verbo, Nacho Vegas puntualiza con acierto que «todos ellos —música, literatura, teatro y cine— son lenguajes y, por lo tanto, beben unos de otros». Lo que sucede, como recuerda Marcelo Figueras, es que «la literatura en la cultura occidental ha ocupado un lugar central y tendemos a referir todas las formas surgidas después al modelo literario». Para el argentino, que llegó a ejercer durante 20 años de periodista, «la analogía es posible, pero estamos hablando de ramas del árbol narrativo, de formas de contar». Ese árbol, el de la creación, se riega con el talento de todos aquellos que, en algún momento, sienten esa «urgencia», que Nacho Vegas considera necesaria para «hacer algo, para transmitir». En el caso del asturiano, escritor de relatos y prologuista de Dennis Cooper, «la escritura es una más de las muchas inspiraciones para componer canciones. Tienes que tener la vocación de comunicar algo y eliges esa forma porque es la única para expresar una cosa que de otro modo serías incapaz. Es una cuestión de urgencia, que es lo contrario a la disciplina».

Pero con el purismo (que no con la Iglesia) hemos topado. Mientras la sociedad de consumo vive por y para la catalogación, la separación de disciplinas, el estatismo en un solo género... los protagonistas de nuestro relato lo ven un «absurdo», hasta el punto de que Ignasi Duarte considera que en los medios (principales culpables) «a las cosas se las despacha de manera muy rápida y eso demuestra la mala educación de nuestro país». El dramaturgo catalán considera que «a menudo hay poco trasvase entre géneros, cuando lo realmente importante es qué decir y, sobre todo, si hay algo que decir». Teoría a la que se suma Figueras, convencido de lo positivo de «esta mezcla carnal y casi orgiástica de registros que antes estaban muy apartados».

Una orgía cultural que el cineasta justifica por la necesidad de contar historias: «Me fascinan, pero no me fascina una sola manera de contarlas. Reclamo mi derecho a jugar libremente con determinados elementos». Ese juego permite captar influencias y que, si la suerte creativa te acompaña, las musas te cojan despierto. Como apunta Nacho Vegas, «todos necesitamos una visión poética de las cosas, todos necesitamos ver la vida de una manera diferente a como la percibimos de una forma superficial. A mí, como músico, como creador, me corresponde ser sujeto activo a la hora de percibir».

Para Marcelo Figueras, «la forma de organizar la realidad ya no responde a cómo era hace unos años». Puede que a ese cambio se deba que «La zona sucia», el último disco de Nacho Vegas, ocupe esta semana el tercer puesto en la lista de los álbumes más vendidos. «No es que yo venda más, es que el resto venden menos», puntualiza. Pero hasta puede que las piezas del puzzle cultural estén empezando a encajar.

FUENTE

Nacho Vegas, Bunbury y Corcobado, en el recopilatorio de Carlos Ann

Carlos Ann presenta un doble disco llamado ‘Recuerdos y fetiches 1999-2011′ que celebra el 12º aniversario de la publicación de su primer álbum y sus 25 años como compositor. Junto a dos temas nuevos, ‘Tres amores’ e ‘Inventaré’, aparecerán viejas canciones regrabadas junto a artistas como Bunbury, Loquillo, Nacho Vegas, Mariona Aupí, Corcobado, Phil Manzanera, Adanowsky, Shuarma, Morti, Jaume Balagueró, Paco Plaza y Albert Lesán. Se espera la edición del disco para mediados de este año, aún sin fecha concreta.

Nacho Vegas: "El desamor y la necesidad de volver a creer en otras cosas es el nexo de unión de las canciones La Zona Sucia"


Los conciertos tendrán lugar los días 25 y 26 de febrero de 2011 a las 22:00 horas en el Teatro Experimental Álvaro Valentín del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid. Todavía hay entradas disponibles a un precio de 15 euros en el C.C. Miguel Delibes y en Entradas.com

El grupo vallisoletano My Friendly Ghost actuará como telonero de Nacho Vegas con un concierto en acústico. Ganadores del concurso Norterock 2010, My Friendly Ghost son un quinteto local con influencias que van desde Wilco, hasta Bonnie Prince Billy o Fleet Foxes.

No te vamos a volver a preguntar el por qué de duplicar fechas en Valladolid y la causa por la que vuelve a arrancar la gira de tu último trabajo ‘la zona sucia’ en la capital pucelana porque algo ya nos has contado al respecto. Pero, ¿ofrece algo distinto el público de esta ciudad al escuchar el directo de tus canciones por primera vez? ¿Somos un buen público? Ya siento el rollo localista, pero es pregunta obligada.

El público de Valladolid me recuerda bastante al público de Asturias. Creo que tenemos un carácter bastante parecido. Tiene un punto frío, pero no en un mal sentido. No en el sentido de que se trate de un público distante. Se trata de un rasgo intrínseco de la gente de Castilla hacia el norte y eso nos hace sentir muy cercanos a la gente de Valladolid.

En las últimas declaraciones a diversos medios has tenido encontronazos un poco polémicos como lo que ocurrió en un vídeo chat celebrado con El Comercio Digital en el que mencionaste una polémica con unos jugadores de fútbol de los principales equipos asturianos y algo relacionado con la Ley Sinde y la reinvención de la industria discográfica. ¿Te gusta polemizar o buscas repercusión?

Bueno, no me gusta polemizar especialmente, pero el tema de la Ley Sinde es polémico ya de por sí. Tengo una opinión que compartimos afortunadamente muchos músicos. En cuanto a lo del videochat se trataba de un jugador del Oviedo que había fichado por el Sporting. Al parecer había recibido amenazas de muerte e hice un comentario al respecto, pero con ironía. Los usuarios no terminaron de pillar la ironía y se pusieron como fieras. La gente no tiene sentido del humor. Ahora hay que tener mucho cuidado con lo que se dice.

En cada disco tienes la suerte de contar con la colaboración de excelentes músicos, más o menos habituales o más o menos extraordinarios como Abraham Boba y Xel Pereda, ¿Cuál ha sido la mejor colaboración que has llevado a cabo o la que más te ha gustado o te ha hecho sentir más cómodo?

A todas las colaboraciones que he hecho les tengo mucho cariño. Con ellas te metes en la piel del otro, en la manera de trabajar de otra persona, en su manera de hacer canciones. Hay un intercambio de cosas, de experiencias y cómo conseguir que entre los dos salgan las cosa bien. Las colaboraciones con Enrique (Bunbury) y con Christina (Rosenvinge) han sido las colaboraciones más especiales, porque supusieron una gira posterior y una relación bonita. Luego hay colaboraciones específicas de cada disco, que son más puntuales. En este disco, por ejemplo, hay una canción en la que cantan Mar y Alicia de ‘Pauline en la playa’ porque tenían ganas de colaborar con un disco mío y el resultado ha sido estupendo.

Tu último trabajo nace de la mano de la iniciativa denominada Marxophone ¿Vas a autoeditar todos tus trabajos en adelante?

Empezamos el primer disco autoeditado y todo dependerá de cómo vaya marchando la cosa. Estos años atrás he estado publicando mis discos con Limbo Starr. He trabajado con ellos muy a gusto, haciendo las cosas con mucho cariño y muy bien. Lo que pasa es que hoy en día la relación tanto para Limbo Starr como para mi era un poco difícil al tener solamente un contrato discográfico. Tal y como están las cosas ahora mismo las discográficas, independientes o no, se han convertido en oficinas de producción y protección de datos. Así que decidimos dar este paso. Hacer algo un poco al margen de eso, una autoedición en la que la oficina, I am artist, también está al tanto un poco de todo, tomando decisión entre nosotros de forma consensuada y dejando un poco que la música sea el centro de todo porque durante muchos años en la industria discográfica lo que más ha importado es el negocio y rentabilizarlo todo. Y creo que los sellos pequeños que nos autoeditamos hacemos las cosas con mimo y con cariño que es lo que debe ser.

Puedes rematar los nuevos discos con temazos del tipo ‘Dry Martini SA’ o ‘El tercer día’, y llegar con ‘la Gran Broma final’ a tocar la fibra sensible de todos tus admiradores antes de que se estrene tu último trabajo, pero en los conciertos todo el mundo te sigue pidiendo ‘El Ángel Simón’ y ‘La canción de Michi Panero’. ¿Crees que serás capaz de seguir escribiendo "himnos" durante muchos discos nuevos más?

Yo, por humildad, no los llamaría himnos, claro (ríe). A mi también me sorprende en cada disco cuáles son las canciones que más gustan a la gente porque, por ejemplo, con el ‘El Ángel Simón’ no me esperaba que una canción tan larga, sin estribillo, funcionase tan bien. Son canciones que sigo tocando, pero también hay otras tantas que he dejado de tocar porque yo mismo, al interpretarlas sobre el escenario me daba cuenta de que me estaba aburriendo, como en el caso de ‘Ocho y Medio’. Necesito dejarlas descansar un tiempo y refrescarlas. A lo mejor las vuelvo a tocar en esta gira, pero siempre de otro modo. Cuando vuelva a necesitarlo.

¿El título del último trabajo, además de con la Formula 1, guarda relación con esa sensación general que le queda al oyente tras oír el disco completo: de desazón, de incertidumbre, oscuridad o imprevisto? La crítica dice, incluso, que ha regresado el Nacho Vegas más crooner (y cito textualmente) ¿hay lugar para la esperanza en tu música?

Sí. La verdad es que lo de la Formula 1 es un poco anecdótico - aquello de la zona donde se quedan los restos de neumáticos y demás - y, en efecto, tienes más que ver más con la sensación de la que parten las canciones que con la sensación que dejan al escucharlas. Son un juego de luces y de sombras y quizás un poco confusas, un poco sucias. Guardan relación con la causa que llevó a escribir precisamente estas canciones.

¿Tú crees que no hay esperanza? (risas de ambos) Creo que hay canciones en este disco como ‘La gran Broma Final’ que son canciones con un poco de amargas, pero en otras, como ‘Incendios’ hay un atisbo de luz, un lugar para la esperanza. La verdad es que están compuesta partiendo de emociones muy intensas y de la sensación de que cosas en las que creías se vienen abajo en un momento. Pero uno tiene siempre la necesidad de reconstruirse, porque es algo inherente al ser humano y algo de eso hay también en cada tema.

La portada del disco esconde tras una z de zona, supongo, un paisaje urbanita nocturno de un cuadro ¿de qué ciudad o imagen se trata? ¿qué trata de reflejar?

Es un cuadro de un pintor de Gijón, Adolfo P. Suárez, que a mi me gusta mucho por el tipo de paisajes que pinta. En este caso el paisaje que reproduce es una escena urbanita que mezcla aires de Gijón y de Madrid de noche. Quería que el dibujo reflejase eso porque mis canciones tienen siempre como telón de fondo, precisamente, la ciudad.
¿La comparación con las Torres Gemelas con la fortaleza de una historia de amor tiene un referente biográfico real?

Referente real hay en todas las canciones, lo que pasa es que luego esas referencias se convierten en otra cosa cuando aparecen en las canciones. Se pueden moldear y adaptar a nuevas realidades cuando las interpreto un poco a mi antojo.

Si tu Lp anterior ‘El manifiesto desastre’ y tu EP ‘El género bobo’ alternaban distintos registros musicales entre la ranchera, el country, el folk y el pop, este trabajo , sin perder la personalidad propia de tus trabajos parece más uniforme musicalmente hablando y más temático – el desamor como referencia- en lo que a las letras se refiere. ¿Responde a alguna causa? ¿Es una impresión mía o un enfoque deliberado?

No es una impresión tuya. Sí. Tienes razón. Lo que pasa es que cuando me encuentro en pleno proceso de composición, las canciones están un poco desordenadas en mi cabeza, y hasta que nos paro y las ordeno un poco no veo lo que tienen en común. En este caso, en efecto, el desamor y la necesidad de volver a creer en otras cosas es el nexo de unión. Por eso, como dices, El Mercado de Sonora que se sale un poco de este guión se coloca al final del disco porque es la que tiene un aire más diferente, porque sí que suelo meter al final de cada trabajo una canción con un aire diferente.

Es verdad que la diferencia de La Zona Sucia y El Manifiesto Desastre es que el largo anterior (EMD) era muy caótico, porque algunas de aquellas canciones se convirtieron un poco en un ejercicio de estilo y este, sin embargo, es un disco mucho más natural.

Las drogas, el reloj que se para, la necesidad de huída son constantes en las letras en tus canciones. ¿A qué se debe el recurso constante a estas imágenes? ¿te sigue atormentando la idea de la muerte o más la sensación de estar muerto en vida?

Creo que nos pasa a todos. Las canciones combaten un poco la ansiedad que nos provoca el paso del tiempo. Cuando eres niño te dedicas a disfrutar de la vida porque no tienes esta sensación. Pero con el paso del tiempo el lastre que acumulas por las experiencias pasadas y la angustia por lo que está por venir crea cierto desasosiego que se convierte en efecto en una constante en mis letras.

Sí, de hecho has mencionado a los niños. ¿Cómo surge y cómo crees que funciona el tema de las voces infantiles femeninas en ‘perplejidad’ y en ‘tabernero’? no es la primera vez que usas este recurso para decorar letras tremendas…

Combinar voces infantiles con voces adultas es algo que ya utilicé en canciones como ‘Michi Panero’ pero en esta ocasión se debe a que creo que los niños siempre aportan cierta pureza, que choca con las letras tan duras. Le aportan otro aire que funciona muy bien.

Por cierto, has leído que en tu blog - no oficial - te describen como bohemio taciturno ¿qué piensas?

(risas de nuevo) La verdad es que no sé muy bien qué significa hoy en día de “bohemio” y desde luego taciturno yo creo que no soy. Creo que es una imagen que proyecto, pero no es así.

FUENTE

Nacho Vegas "No compito. Mis canciones ya están perdidas de antemano"



A Nacho Vegas (Gijón, 1974) le cae el flequillo como un telón espeso que esconde las historias que no quiere para su guitarra, porque "para confesiones ya están los confesionarios". Su último disco, La zona sucia, toma prestado el nombre de la "parte de las pista por la que los fórmula uno no siguen la trazada". Nada que ver, claro, con deseos inconfesables ni paraísos perdidos de la anatomía. Este fin de semana, arranca la gira de presentación que lo llevará, durante el mes de marzo, por Valladolid, Cádiz, Sevilla, Granada, Málaga, Barcelona y Madrid. Esta tarde, y a modo de preámbulo, participará en los coloquios Temas+ de Casa de América que transitan las fronteras de la música y la literatura.

Pregunta.- Con La zona sucia se cumplen diez años y cinco discos de carrera en solitario. ¿Un éxito para brindar frente al espejo?
Respuesta.- No es demasiado correcto hablar de carrera en solitario cuando me acompañan en este trabajo Abraham Boba, Manu Molina, Xel Pereda y Luis Rodríguez, entre otra mucha gente. Es verdad que al final en la portada del disco sale mi nombre y que es a mí a quien piden entrevistas. Pero grabar es colaborar, de eso no hay duda. Y yo nunca me he sentido solo, sino como uno más dentro de una banda de rock. O eso he pensado siempre.

P.- Esta vez se ha aliado con los Creative Commons en un trabajo autoeditado en la cooperativa Marxophone. ¿Es su despedida definitiva de los sellos?
R.- En realidad no. Marxophone funciona como otras tantas discográficas pequeñas, con la diferencia de que cada uno se edita lo suyo y así se minimizan los riesgos. Creo que los sellos vocacionales, los que ponen pasión en cada disco, tienen ahora más sentido que nunca. La crisis les ha dado espacio. No hay que confundirse. Lo que se está acabando es el negocio a lo grande de las multinacionales, el mercado musical que formaba parte de la industria del ocio, el atraco a mano armada. Eso pronto ya no existirá.

P.- De momento, se ha colado en el tercer puesto de los más vendidos.
R.- La presencia en las listas tiene un valor relativo. Recuerdo que hace años un tal Elvis Crespo fue capaz de vender una barbaridad de discos en pocas semanas pero se encontró con La Riviera vacía. Al contrario que Los Planetas, que vendían menos pero aseguraban el lleno hasta la bandera. Ahora, el mercado está mucho más equilibrado, lo que nos da espacio a ciertos artistas que no comulgamos con los booms musicales, con el éxito fugaz. La música está volviendo a sus orígenes, a las salas medias, donde da gusto tocar y se puede disfrutar escuchando.

P.- ¿Qué comparte con Jonás Trueba, además de un tema para la banda sonora de su película y un videoclip para su álbum?
R.- Me gustó mucho la forma que eligió de retratar Madrid a través de zonas y relaciones emocionales. Jonás conectaba un poco con mis canciones, con mi forma de entender la ciudad. Le pedí que hiciera el vídeo de La gran broma final y recurrió nuevamente a asociaciones emocionales que conectaban muy con la forma de respirar del disco.

P.- ¿Y por dónde se han pasado los derechos de las películas para el collage del videoclip?
R.- (Risas) Nos acogemos al derecho a cita. Es menos complicado de lo que puede parecer y en realidad el riesgo es mínimo, porque nunca concebí el vídeo como un objeto promocional sino como una obra de otra persona que utiliza una canción mía. Podemos utilizar esas imágenes porque el vídeo no va a ser distribuido ni tiene un propósito comercial concreto. Estaría bien, en cualquier caso, que el derecho a cita estuviera más regulado. Por lo que pudiera pasar.

P.- ¿De dónde viene la conexión con la Fórmula 1?
R.- Hay momentos de la semana en que soy muy prolífico y otros, en cambio, complemente estéril. Los domingos por la mañana, que es cuando echan las carreras, resultan especialmente provechosos.

P.- Lo siento, pero no me lo imagino disfrutando de una carrera.
R.- Me gusta la Fórmula 1 porque está en las antípodas de la música. Es una metáfora del capitalismo, de la competición salvaje por el éxito, de ese mundo en el que sólo vale ganar, en el que el segundo es el primero de los perdedores. Por eso me da miedo y me fascina al mismo tiempo. Porque no tiene nada que ver conmigo. Yo no compito, no me importa ganar o peder porque mis canciones ya están perdidas de antemano.

P.- En el coloquio de esta tarde saldrán a la luz William Saroyan y Carson McCullers, que inspiran dos de sus canciones. ¿Están estas canciones dedicadas a los inadaptados?
R.- De alguna manera, todos somos unos inadaptados. Luchamos por sobrevivir y por tirar adelante. Unos se dedican al cuero. Yo compongo canciones.

Nacho Vegas, top 3 en España con ‘La zona sucia’

Varias sorpresas en la lista de ventas española de esta semana. James Blake y PJ Harvey logran colarse entre los más vendidos, aunque el protagonista absoluto ha sido Nacho Vegas, que al fin encuentra en la clasificación de Promusicae un reflejo de lo que supone agotar tickets en tantas salas de distintos puntos de nuestro país.


‘La zona sucia‘ entra al puesto 3 de los más vendidos en España, siendo la posición más alta de la semana y la alcanzada en la carrera del cantautor. ‘El manifiesto desastre‘ llegó al puesto 57, mientras que ‘Verano fatal‘, junto a Christina Rosenvinge fue número 49. Incluso el disco conjunto con Bunbury, ‘El tiempo de las cerezas’, no llegó tan alto, pues se quedó en el top 5.

Un buen reconocimiento a una carrera sólida reconocida por crítica y público en cada uno de sus pasos y un exitazo para la autoedición en nuestro país, pues recordemos que es el primer lanzamiento de esa mitad promotora mitad sociedad mitad discográfica llamada Marxophone (que se sirve, como tantos sellos, de la distribución de PIAS). Por comparar, ‘La joven Dolores’, desde Warner, fue número 4 hace algo menos de un mes (en su cuarta semana está en el número 38).

‘Let England Shake‘ de PJ Harvey entra al número 20, también la posición más alta que ha alcanzado Polly Jean en nuestro país, pero en su caso algo decepcionante si tenemos en cuenta la larga carrera de la artista y la calidad del disco, aunque en ningún país, ni siquiera el suyo, ha terminado nunca de arrasar. En Reino Unido ha sido finalmente número 8.

Sí sorprende la entrada del disco de debut de James Blake al puesto 89. Es la primera vez que vemos un disco de post-dubstep o de estas características (llamadlas como queráis) en nuestro top 100. Como ya te contamos, en Reino Unido fue top 10.

Como curiosidad, comentar que Roxette, que han sido número 2 en Suecia, pero número 1 en Alemania o Suiza con ‘Charm School‘, en España llegan al 14. En algunos países ni siquiera se ha editado el álbum, por lo que por aquí no les va tan mal.

El resto de entradas en álbumes es el siguiente:

22 Lady Antebellum / Need You Now
46 BSO Los Miserables
53 El Lunático / Bala perdía
62 BSO Chico y Rita
69 La Musicalité / Cuatro Elementos

FUENTE

domingo, 20 de febrero de 2011

Entrevista a Nacho

Un disco que ha contado con la participación de: Abraham Boba, Manu Molina, Xel Pereda, Luis Rodríguez y con las colaboraciones especiales de Pedro Perles, Pablo Herrera, Mar y Alicia Álvarez (Pauline en la Playa), Xuan Lorenzo y el coro de Les Guajettes.

Nos reunimos con Nacho en Barcelona para hablar de su vuelta a la actualidad.

En “El Manifiesto Desastre” encontrábamos canciones más oscuras como Morir o Matar y otras más luminosas como Detener el Tiempo. En cambio en “La Zona Sucia” los claroscuros están mucho más equilibrados y el disco resulta más redondo. ¿Estás de acuerdo?

Sí. Siempre entro al estudio con las canciones muy desordenadas en la cabeza y al grabarlas te sirve para organizarlas, oírlas desde fuera y darte cuenta qué es lo que tienen en común. En “El Manifiesto Desastre” había canciones que hablaban del mismo tema pero desde ópticas totalmente diferentes, como si cada canción la cantara un personaje distinto. En “La Zona Sucia” había dieciséis canciones pero las diez que metí en el disco sí que parece que le dan un poco vueltas a lo mismo y resulta un poco más monolítico. Son cosas que me encuentro una vez que grabo las canciones, no lo sabía antes.

En referencia a la coherencia entre canciones de las que hablas, en el disco encontramos diez temas y los nueve primeros digamos que van muy ligados entre ellos mientras que en el último vemos un giro temático y musical. ¿Es el “Mercado de Sonora” el contrapunto del disco? ¿Compusiste las canciones en el orden en el que aparecen?

No, porque las canciones a mí se me mezclan. Tardo mucho en dar por terminada una canción, algunas veces me atasco, las dejo descansar y luego las retomo a la semana o al mes y así se van juntando las ideas. Siempre hay tres o cuatro que están conviviendo a la vez. Y en este caso, El Mercado de Sonora, y otras canciones que quedaron fuera del disco, sí que parece que se sale un poco de la temática. Esta canción tenía claro que quería que cerrara el disco precisamente por eso, porque era una canción que ponía un contrapunto a todo un disco dando el coñazo con lo mismo.

¿Podríamos decir que la idea más destacada del disco es la pérdida de un amor y el deseo insistente de seguir luchando aún sabiendo que la reconquista es del todo imposible?

Sí, puede ser un poco eso. Ahora pensando en las canciones del disco también me lo pregunté. No sabría muy bien si podría decir en una frase cuál es el tema que planea en todas ellas. Digamos que cuando tienes algo que crees muy sólido, muy fuerte y de repente compruebas lo contrario es cuando te quedas con cara de tonto y te preguntas: ¿ahora qué hago? Las canciones nacen un poco de ese “¿y ahora qué hago?”. Las canciones siempre son algo abierto, que hablan un poco de eso, de que al final hay que seguir, hacer más canciones y volver a meter la pata otra vez.

En “Taberneros” haces un guiño a un tema de tu disco anterior, “Mondúber”. De alguna manera tienen ciertas cosas en común, como los coros y el sentimiento de pérdida. ¿Qué importancia tiene “Mondúber” en ésa canción y qué relación guarda con el tema del Manifiesto?
Hay veces que me doy cuenta que canciones que estoy haciendo ahora tienen relación con otras más antiguas. Hay puentes tendidos entre unas y otras y me gusta el juego de hacer auto-referencias a otras canciones, no solo por el hecho en sí sino que son referencias emocionales y “Mondúber” era una canción complicada por cómo la hice y cómo la grabamos. Es una de las que me gusta más del disco anterior pero no le gustaba a nadie, ni a la banda le gustaba y la dejamos de tocar enseguida.

En varias de tus canciones, a menudo aparece la idea de las tormentas como metáfora de una inminente ruptura sentimental. Me vienen a la cabeza temas como “Va a empezar a llover” (y creo que va a empezar a llover / y yo querré correr y correr / y desaparecer”), “La gran broma final” (el día que te hablé de amor / sabiendo que daban temporal) o “Cuando te canses de mí” (“me dan miedo las tormentas / que ahora veo que una se acerca / que en el cielo hubo un temblor”). ¿Es voluntaria esa metáfora?
Aunque llevo toda la vida en Gijón y sé que llueve mucho, siempre me sorprende cuando lo hace. Siempre parece que dices “Joder! Ya está lloviendo otra vez” cuando lo tienes que dar por hecho. Es lo normal, lo raro es que haya un día soleado y eso es lo que nos pasa un poco a todos. Te sorprendes con cosas que no deberías, es como que ya te habían avisado, ya sabías que era así, entonces no sé por qué pones esa cara de asustado.

Incendios tiene una letra tan alarmista como su título: “dime amor si estás ardiendo / y si es que puedo aliviarte yo”, “me dejas que lea / el mapa que ha dejado / el agua hirviendo sobre tu piel”. ¿es el vínculo físico el que más se echa de menos en una ruptura?
Se echan de menos muchas cosas. Lo que pasa que en cierto modo una ruptura es como si algo estuviera ardiendo y de repente le echaran un jarro de agua y se apagara de golpe. A veces quedan algunas brasillas y puedes reavivar el fuego, otras veces se apaga del todo pero lo importante es siempre saber que tienes que volver a aprender a arder otra vez. Y de eso trata la canción. La anécdota de donde surgió es de un incendio que me contaron pero que al final acabó bien. Pensaban que iba a arder una casa con los niños dentro pero se salvaron todos. Y es eso, los incendios a veces pueden acabar bien.

¿Qué ha pasado con “Marquesita”? Apareció por la red como uno de los primeros temas que habías compuesto después del Manifiesto. ¿Se incluirá en el EP que has comentado que saldrá después de la Zona Sucia?

Sí, está grabada. Cuando entramos en el estudio teníamos dieciséis canciones. Siempre entro con más de las que van en el álbum para asegurarme que las que vayan en él tengan cierta unidad. Por otro lado para mí los álbumes no son solamente el disco sino también el EP. Lo considero como una parte del álbum pero que me gusta sacar en otro formato. Marquesita probablemente salga en el EP que haré a mitad de primavera. Quiero Incluir esa canción y otras que grabamos que también están en las sesiones del disco y alguna otra cosa nueva. Pero sí que es una de esas canciones que al principio tenía claro que iba a ir en el disco aunque una vez que las grabas, por razones muy diferentes, de repente se quedan fuera.

¿De dónde viene el título de la canción “Lo que comen las brujas”?
Viene de un cuento infantil que existe pero todavía no he logrado averiguar de dónde sale, si es un cuento popular o tiene un autor conocido. Pero lo leí mencionado en alguna parte y se me quedó en la cabeza esta frase que canto en el estribillo. Es lo que tienen a veces los cuentos infantiles, esta carga de perversidad que cuando los vuelves a leer ya de adulto te sorprende un poco la mala hostia que tienen algunas cosas. Y empezó como una especie de nana, por eso están los coros de niños.

¿Cómo tienes pensado llevar la gira de “La Zona Sucia”?
Todavía no he decidido qué canciones voy a rescatar de las antiguas. También las giras son algo que tampoco quiero llevar muy atado cuando las empiezo. Se van haciendo a sí mismas. Los conciertos mismos te van diciendo por dónde tienes que ir. Hay canciones que de repente te da la sensación que las estás ejecutando más que interpretando y las quitas, pones a otras y redescubres canciones antiguas. Me acuerdo que en otros discos, cuando tocábamos menos porque salían menos conciertos, quizás hacías una gira de diez o doce conciertos y cuando llegabas a los dos últimos era cuando la cosa empezaba a andar. Y ahora que tenemos la oportunidad de hacer una gira un poco más larga espero que se note en el escenario.

En tus conciertos, incluso en la misma gira, alguien quizás te dice que una noche has estado fenomenal y en otro siguiente concierto, sale hasta decepcionado. No sé si percibes de alguna manera cuándo un concierto saldrá bien o que es lo que hace que se tuerza.

Los conciertos lo bueno que tienen es que son algo muy incierto. Hay tantos factores que pueden afectarte: el día que tengas, el sonido, el ambiente, el sitio en el que tocas, que te hayas tomado una copa de más antes de salir a tocar. Intentamos con la banda que las canciones estén un poco por encima de nosotros mismos. Que sean ellas las que manden y abstraerte un poco de todo lo demás. Que no sea algo que estás tocando y que de repente te pongas a pensar en si dejaste la calefacción encendida en casa, eso sería cuando ya lo estropeas del todo, ahí ya no tiene solución. Últimamente con la banda estamos siendo bastante críticos. Es verdad que hay conciertos en que entonamos el mea culpa y decimos: “esto no puede volver a pasar”. Para hacer conciertos la premisa es que dé una sensación que hay algo peligroso, que todo puede salir mal o salir muy bien. Es necesario sentir esos nervios.

¿Seguirás con la misma banda que en la gira de “El Manifiesto Desastre”? ¿Hablas mucho con ellos para preparar los conciertos o el setlist? ¿Te gusta discutirlo todo o eres más dictador?

No soy nada dictador, todo lo contrario. Para mi hacer conciertos y hacer un disco es un trabajo de colaboración con todos los que estamos involucrados. Lo que pasa es que estoy al cargo de muchas cosas que tienes que decidir porque nadie más lo puede hacer. Solo mando cuando no me queda más remedio, como un mal menor. Es una relación muy familiar, no estoy por encima de ninguno de ellos. Y sí, será la misma banda.

Te hemos leído decir que para triunfar en la Fórmula Uno hay que ser un cabrón que pisotea a quien se le ponga por delante. ¿En la música pasa algo parecido?

No al contrario, en la música pasa todo lo contrario. Por eso me fascina, es otro mundo totalmente diferente. La música creo que es la única parcela de la vida en la que no existe la competición. Incluso aunque pueda parecerlo, en esencia, yo por lo menos con los compañeros que hacen música, no percibo que sea algo importante. Sí que ves cosas de las que se podría hablar, pero en el fondo, tú no haces un disco para quedar por encima del otro en las listas de venta. Y si lo hicieras así, sería un fracaso seguro. En cambio en la Fórmula Uno sí que tienes que hacer las cosas para estar por encima del otro. La música tienes que hacerla sin ninguna finalidad y con una razón poderosa. En una competición la finalidad es mucho más importante que la razón. El para qué es mucho más importante que la razón, en la música el porqué es lo único importante.

Todos tenemos la manía de buscar patrones comunes en lo que vemos. En mi caso invariablemente te encuentro muchas semejanzas con John Cale. ¿Estás familiarizado con su trabajo?

Si, si me encanta. La verdad es que me flipa John Cale, pero siempre le he tenido un poco de manía, siempre fui un poco más de Lou Reed que de John Cale, y mira que yo siempre soy de los segundones. Probablemente igual el París 1919 es mi disco favorito de todos. Si hiciera un disco que fuera solo la centésima parte de lo que es el “París 1919” ya me daría por satisfecho.

FUENTE~

miércoles, 16 de febrero de 2011

NACHO VEGAS - GIRA 2011 "LA ZONA SUCIA"

NACHO VEGAS
GIRA 2011 "LA ZONA SUCIA"

A partir de ahora, aquí podéis informaros de todos los conciertos de Nacho Vegas. Periódicamente iremos anunciando nuevas fechas y os mantendremos informados sobre los puntos de venta de entradas.

...Fechas confirmadas:

FEBRERO

Viernes 25 de febrero, Valladolid (C.C. Miguel Delibes) ¡¡¡NUEVAS LOCALIDADES A LA VENTA!!!
Sábado 26 de febrero, Valladolid (C.C. Miguel Delibes) ¡NUEVA FECHA!
http://www.entradas.com/entradas/NACHO-VEGAS-evento_1_2_2_47_66206

MARZO

Martes 1 de marzo, Cádiz (Aulario La Bomba)
www.nachovegascadiz.ticketea.com y en el teléfono: 902 044 226

Miércoles 2 de marzo, Sevilla (Teatro Central) ¡ENTRADAS AGOTADAS!

Jueves 3 de marzo, Granada (Teatro Isidoro Máiquez)
http://www.generaltickets.com/unicaja/

Sábado 5 de marzo, Málaga (Teatro Echegaray) ¡ENTRADAS AGOTADAS!
Viernes 18 de marzo, Barcelona (Auditori) ¡ENTRADAS AGOTADAS!
Sábado 19 de marzo, Barcelona (Auditori) ¡ENTRADAS AGOTADAS!
Jueves 24 de marzo, Madrid (Joy Eslava) ¡ENTRADAS AGOTADAS!
Viernes 25 de marzo, Madrid (Joy Eslava) ¡ENTRADAS AGOTADAS!


Sábado 26 de marzo, Santa Pola (Camelot)

Martes 29 de marzo, Madrid (Circo Price) + Refree
http://www.entradas.com/entradas/NACHO-VEGAS-evento_1_2_21_28_67524

Jueves 31 de marzo, Valencia (Mirror).
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.33855&crosssite=TM_ES%3A983422%3A16570

ABRIL

Viernes 1 de abril, Zaragoza (Oasis)

Sábado 2 de abril, Murcia (Auditorio Víctor Villergas)

Jueves 7 de abril, Bilbao (Kafe Antzokia)
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.34358&crosssite=TM_ES%3A983422%3A16395

Viernes 8 de abril, Vitoria (Jimmy Jazz)
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.34361&crosssite=TM_ES%3A983422%3A16898

Sábado 9 de abril, Pamplona (Movie, ex Artsaia)
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.34362&crosssite=TM_ES%3A983422%3A17417

Viernes 15 de abril, Santander (ECAM) 

Sábado 16 de abril, Gijón (Teatro Jovellanos)

Jueves 28 de abril, Barcelona (Festival Odissea)

MAYO

Viernes 13 de mayo, Durango (Plateruena) + Refree
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.35208

Sábado 14 de mayo, Burgos (El Hangar) + Refree
http://www.entradas.com/entradas/evento.do?idEvento=205145&entidad=1

Viernes 20 de mayo, Santiago (Capitol) + Refree
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.35209

Sábado 21 de mayo, Pontevedra (Karma) + Refree
http://www.ticktackticket.com/entradas/goto.do?claves=.35210

JUNIO

Jueves 2 de junio, Guadalajara - México (Teatro Diana)
Viernes 3 de junio, México DF (Teatro Metropolitan)


FUENTE

lunes, 14 de febrero de 2011

Encuentro Digital

Cuándo: 15 de Febrero de 2011, 13:00 horas

Tiene nuevo disco: 'La zona sucia'. En las 10 canciones hay algunas muy luminosas, otras muy oscuras. Nacho Vegas ha bautizado al álbum como llaman en la Fórmula 1 a ese lugar lleno de impurezas que ralentiza la velocidad. No parece ser este el caso de su nuevo trabajo, a juzgar por la rapidez a la que se están agotando las entradas para la extensa gira de presentación de los nuevos temas del asturiano.


Encuentro Digital!

Video de "La Gran Broma Final"



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Se trata de un 'collage' a base de pequeños fragmentos de una veintena de películas. El videoclip lo firma el joven cineasta Jonás Trueba, candidato al Goya a la Mejor Director Novel por 'Todas las canciones hablan de mi'. Este lunes, en el FNAC de Callao, en Madrid, 120 afortunados -los primeros en adquirir 'La Zona Sucia'- pudieron verlo en primicia junto al músico, que interpretó además para ellos algunos de los temas del disco. Y este martes ELMUNDO.es lo ofrece a sus lectores.

En la canción muchos han querido ver una crónica de la ruptura entre Nacho Vegas y la también música Christina Rosenvinge, con menciones a reportajes de la prensa del corazón, de entrevistas y de la desazón del desamor. En lo musical, las marcas de la casa Vegas: una melodía que crece en intensidad, evocaciones a Dylan en los teclados y una perfecta conjunción de pop y folk.

Concierto de Nacho Vegas en Fnac (Madrid): minuto a minuto

El músico asturiano ha presentado su nuevo disco, ‘La zona sucia’. Así te hemos narrado su concierto, corto pero intenso. Y adelantamos una exclusiva. Por Lino Portela.




Nacho Vegas celebra San Valentín a lo grande. El músico maldito (qué paradoja) ha elegido el día más cursi del año para presentar algunas canciones de su nuevo disco en un concierto junto a Abraham Boba en la tienda Fnac de Callao, en Madrid. Te lo hemos contado minuto a minuto.

19.58 Sofía y Samuel son los primeros de la cola en la primera planta de la Fnac. Detrás de ellos las 120 personas que han comprado esta mañana el nuevo disco de Nacho Vegas La zona sucia. Ellos tienen invitaciones para ver el mini concierto que está a punto de empezar. Nos han contado que Nacho se ha pasado toda la mañana haciendo entrevistas y a mediodía se ha comido unas lentejas, de primero, y unas albóndigas de segundo. ¿Habrá hecho bien la digestión? En unos minutos lo comprobamos.

20.11 Nacho Vegas ya está por los alrededores del lugar. La cosa se retrasa unos minutos, pero está todo controlado. Dicen que tocará cinco canciones. ¿Cual será la primera? Antes hay una sorpresa.

20.22 Comienza el espectáculo. La gente se va sentando en las sillas. Sobre el escenario hay una guitarra acústica y un piano que tocará Abraham Boba. Acaba de llegar también Christina Rosenvinge, que verá el concierto desde el lateral del escenario. "A mí me encanta ver como los demás se ponen nerviosos antes de sus conciertos", nos dice ella.

20.25 Sale Nacho Vegas. "Gracias por comprar el disco", dice con chaqueta y bufanda roja. "Somos muy pocos a los que nos gusta todavía comprar discos". Anuncia que vamos a ver un collage que ha preparado el director Jonas Trueba (Todas las canciones hablan sobre mí) sobre su tema La gran broma final. "No vamos a tocar muchas canciones", bromea Nacho, "que quiero llegar a tiempo para ver El Gato al agua [de Intereconomía]". Hay risas.

20.31 Se proyecta el collage (en vídeo) de La gran broma final. Es una sucesión de imágenes de películas clásicas y de Nacho Vegas. Atención: en un plano de la filmación se ve al propio Vegas en la Gran Vía de Madrid leyendo la revista Cuore, en referencia a la letra de la canción.

20.36 Nacho Vegas vuelve al escenario. Se ha quitado la bufanda, se coloca unos cascabeles en el zapato y agarra la guitarra acústica. Silencio total. Empieza con Cuando te canses de mí. El público contiene la respiración. Vegas no mueve ni un pelo, pero su interpretación es profunda, intensa, dolorosa. Aplausos.

20.41 Es innegable. Las canciones de Nacho Vegas tienen un aire evocador. Son capaces de transportarte a lugares extraños. Algunos más sombríos que otros. Es lo que ocurre con Perplejidad, que está sonando ahora mismo. No se oye ni una mosca. La gente mira embobada al nuevo ídolo.

20.48 Ha sonado Reloj con manecillas y justo, casi sin parar, empalma con Cosas que no hay contar. "Es muy triste no saber gran cosa de la vida hasta que ya es muy tarde y no vale la pena", canta. "Hay mil maneras de contar una historia pero sólo un puñado de ellas se aproximan a la verdad". Nacho Vegas da lecciones de vida. Más aplausos.

20.55 Suena la última canción: es el single La gran broma final. La canción tiene su historia. Es el tema que el cantante ha arrojado a su ex Rosenvinge cuando lo dejaron. Ella le ha respondido con Weekend, incluida en su último disco La joven Dolores. "Es una broma entre nosotros. Nos reímos de eso", ha dicho alguna vez Rosenvinge, que muy atenta escucha ahora mismo la canción de Nacho.

21.00 Termina el concierto. Media hora exacta. Ha sido un mini calentamiento, donde no ha dado tiempo a mucho. Intenso, pero cuando la cosa se ponía interesante se ha acabado. Un coitus interruptus de lujo. Se encienden las luces. Y los que se han quedado con ganas de más se acercan a que Nacho vegas les firme un autógrafo. Él, sentado en una mesa, empieza a firmar discos.

21.17 "Nunca he firmado un autógrafo en ningún sitio raro", dice Vegas mientras termina la cola de admiradores que quieren su firma. Ha dibujado corazones en el libreto de su nuevo disco, que por lo que hemos oído hoy puede ser un éxito. Nos despedimos con una exclusiva. Ya se han agotado las entradas para los dos conciertos de Vegas en la sala Joy Eslava, de Madrid (24 y 25 de marzo). La noticia es que habrá una tercera fecha en el Circo Price, día 29 de marzo. Las entradas ya están a la venta.

Concierto de Nacho Vegas en Fnac (Madrid): minuto a minuto

El músico asturiano actúa esta tarde a las 20.00 horas, el mismo día en que sale a la venta último disco, ‘La zona sucia’.




Nacho Vegas celebra San Valentín a lo grande. El músico maldito (qué paradoja) ha elegido el día más cursi del año para presentar algunas canciones de su nuevo disco en un concierto junto a Abraham Boba en la tienda Fnac de Callao, en Madrid. Al concierto sólo podrán asistir las 120 primeras personas que hayan comprado su último trabajo, La zona sucia, que sale hoy a la venta. ROLLINGSTONE.ES estará allí, a partir de las 20 horas, para comprobar si Vegas luce dos corazones por pupilas, pero también para descubrir cómo suenan sus nuevos temas (que tanto nos gustan) en directo. Te lo contaremos minuto a minuto.

RollingStone

Nacho Vegas: Desinfección y limpieza

“Es posible que en los setenta tuviese mucho sentido lo de sexo, drogas y rock and roll. Pero, hoy en día, ir con ello como bandera resulta un poco ridículo. Al final, las canciones salen porque hay un impulso de urgencia vital. Algo que no tiene nada que ver con el personaje ni con el malditismo”


Coincidiendo con el lanzamiento de su nuevo disco, el esperado “La zona sucia”, Eduardo Tébar habla en profundidad con Nacho Vegas, un músico con las ideas claras y siempre con cosas que contar.


El quinto álbum de estudio en solitario de Nacho Vegas se publica el Día de los Enamorados. Sardónica pirueta del destino: “La zona sucia” relata el desangelo tras el descalabro de una relación. Amor roto, el llanto de la memoria. “Parece una broma del azar. Intenté evitarlo. No sé si será un buen regalo para este día. Yo jamás regalo nada este día”, explica el músico asturiano, satisfecho por lo último de Christina Rosenvinge y a punto de iniciar su ruta promocional en Barcelona. El disco inicia otra etapa en la carrera de Vegas. Canciones recortadas a su esencia narrativa. Afán de sencillez y vocación de eternidad. El título, que alude a la zona de la pista con restos de goma e impurezas en la Fórmula 1, resume el abismo emocional del universo “vegasiano”. Honda exploración del “yo”. Pero, ojo, ya sin hemorragias. Abraham Boba espacia ambientes con los teclados y los coros infantiles (Les Guajettes) añaden rayos de luz. A pesar del desastre, el rey de los cantautores indies mira hacia adelante. Además, se trata de su estreno en Marxophone, la cooperativa autogestionaria en la que también participan Raül Fernádez (Refree) y Fernando Alfaro. Se lo guisa y se lo come.

Al final, las canciones nacen de la soledad.
Cuando estoy grabando, de promoción o de gira es cuando me queda menos tiempo. Las canciones surgen en los momentos de tranquilidad en casa. Al principio es una idea que ronda mi cabeza. Acabarlas me lleva mucho tiempo. Las reescribo mucho. En casa suelo escuchar música, leer y tocar la guitarra. A veces salgo a la calle, se me ocurre una frase y la apunto. Estos instantes de aislamiento son necesarios para escribir canciones. En las giras todo resulta demasiado caótico como para componer.

Compone la persona, ¿habla el personaje?
Es probable que en algún momento haya contribuido a alimentar una imagen vinculada a la droga. En determinadas entrevistas se ha resaltado ese punto. A la gente le atrae demasiado eso. Se le da una relevancia que yo no le doy. Siempre me lo he tomado con distancia y bastante sentido del humor. Es posible que en los setenta tuviese mucho sentido lo de sexo, drogas y rock and roll. Pero, hoy en día, ir con ello como bandera resulta un poco ridículo. Al final, las canciones salen porque hay un impulso de urgencia vital. Algo que no tiene nada que ver con el personaje ni con el malditismo. Levantarte con canciones y acostarte con ellas es la clave de este oficio para mí.

La pérdida del amor sobrevuela por todo el disco. ¿Es tu álbum más monotemático?
Cuando entro a grabar, no sé muy bien qué tienen en común las canciones. Necesito cierta distancia crítica y escucharlas mezcladas. Es entonces cuando me doy cuenta de lo que las une. “La zona sucia”, salvo en el cierre, habla de esa sensación de pérdida. Cuando crees que algo es muy sólido y se derrumba de repente. Grabé 16 canciones. Las que quedaron fuera se salen de esa temática. Me gusta que los discos tengan cierta unidad.

¿Enamorarse es una putada?
Es una putada y es lo más maravilloso del mundo. Es una metáfora de la vida: algo muy fuerte y, a la vez, muy frágil. Algo que parecía muy consistente se puede venir abajo enseguida. Los sentimientos extremos no se pueden explicar de una manera racional. Por eso suponen un buen alimento para las canciones.

Siempre has defendido que las canciones deben trascender la autobiografía. Pero, ¿eso es posible?
Sí. De hecho, trabajo con esa premisa. Si no trasciendes el hecho autobiográfico, sería como contarle tus problemas a un colega. Iván Zulueta decía que sus películas eran tan autobiográficas que al final dejaban de ser autobiográficas. Yo siempre parto de elementos muy cercanos. Pero las canciones te dan la oportunidad de transformarlas en otra cosa. A veces he jugado a negar algunos aspectos en las entrevistas. La realidad es que hago canciones a partir de lo que tengo cerca.

Y cerca está la publicación del nuevo de Christina [Rosenvinge]. ¿Temías un efecto Pimpinela?
Quizá se pueda encontrar algo hilando un poco fino. Christina y yo hemos ido grabando a la vez después de “Verano fatal” (2007). Además, los dos trabajamos con Juan y Tomás [de la oficina de mangement I’m An Artist]. Puede parecer que de vez en cuando nos lanzamos piedras. Ese juego no tiene mucha relevancia, más allá de que la gente hable en blogs.

La primera sorpresa de “La zona sucia” son sus 42 minutos de duración. Con eso a ti antes te salía un EP.
[Risas] Bueno, es la duración que tienen los discos que hoy conocemos como clásicos. En algún medio se ha dicho que estas canciones son más cortas para ajustarme al metraje del vinilo. Eso es absurdo. Cuando decidí el orden de los temas, busqué una duración apta para que el vinilo salga bien. El sonido del vinilo se resiente cuando se superan 22 minutos por cara. Al final salen diez canciones, pero tengo más grabadas. Espero publicarlas en un EP posterior.

Entonces, ¿pretendes decir en tres minutos lo que antes contabas en siete?

He intentado sintetizar un poco más. Recuerdo que Gari, de Ornamento y Delito, me contaba cómo acabamos sintetizando la estructura de la canción que tenemos en la cabeza al principio, antes de completar la letra. En cualquier caso, hay una canción en este disco que dura casi siete minutos.

Folk asturiano, folk irlandés. ¿Qué conexiones encuentras?

Las canciones tradicionales no se hacían para desarrollar una carrera como músico ni para ser una estrella del pop. Surgían de manera natural. El cantar y la música están en el género humano. No hay ningún pueblo en el mundo que no tenga música tradicional. Es algo tan puro y verdadero como el habla. Eso se nota mucho en el cancionero tradicional. El pop y el rock también son músicas populares y deben conservar esa honestidad fuerte.

Miras a lo local, aunque mantienes tu debilidad por la literatura ánglica.

También me interesan muchos autores españoles y latinoamericanos. Sin embargo, en este disco se han colado referencias muy claras a Carson McCullers y William Saroyan. ‘La comedia humana’ está inspirada en esa novela de Saroyan. Lo mismo ocurre con McCullers y ‘Reloj sin manecillas’. Son esas cosas que forman parte de tu vida y que acaban entrando en las canciones. Creo que todas las personas y todas las canciones pertenecen a algún sitio. Desconfío de la gente que asegura que no pertenece a ningún lugar.

A diferencia de trabajos anteriores, en “La zona sucia” abres la puerta al optimismo y a la esperanza. Desde “El género bobo” (2009) se filtran texturas más luminosas.
Me lo ha comentado bastante gente. Supongo que las canciones que parten de momentos más amargos y dolorosos terminan convirtiéndose en algo positivo. No se trata de regocijarse en sentimientos negativos. Eso sería estúpido. Este disco nace de una pérdida. Hay que dejar puertas abiertas. No se acaba el mundo: las canciones siempre representan la celebración de algo. Es la celebración de constatar que estás vivo.

Ese punto celebrativo se acentúa con los coros de los niños. Como una búsqueda de inocencia.
Las canciones se nutren mucho de contrastes, paradojas y oposiciones casi privativas. Lo observo en composiciones que me apasionan del folk tradicional. La gente estaba trabajando o en fiestas, y chocas de repente con letras durísimas. Así surgen canciones potentes. Contraponer voces de niños con voces de adultos va un poco en ese sentido.

Es tu disco con menos distorsión.

Es cierto. Un tema se quedó fuera a última hora porque me di cuenta de que metíamos demasiado ruido. Lo dejé aparcado para un EP o tal vez para regrabarlo. Me ha salido una colección de canciones de perfil más acústico. Abraham Boba se ha involucrado mucho en la banda en los últimos años. Abre muchos espacios y crea contrastes respecto a las guitarras de Xel [Pereda]. Gracias a eso pude recrearme más en instrumentos acústicos.

Cierras el álbum con ‘El mercado de sonora’, tu canción más Nick Cave. ¿O quizá la más Einstürzende Neubauten?
Me fijé más en la Neubauten. Le pasé algunas canciones del grupo de Blixa Bargeld a Manu, mi batería, para que extrajera algunos tresillos. Es la canción del disco en la que tenía más claros los arreglos que quería meter. Normalmente dejo que los músicos me sorprendan con ideas para los arreglos. En ‘El mercado de sonora’, en cambio, sabía de antemano cómo tenían que ser los ritmos, el teclado y todo lo demás. Me parecía una buena forma de cerrar el disco y de crear un contrapunto con la temática de las canciones anteriores.

¿Sientes inseguridad cuando compones?
Sí, sufro mucha inseguridad. Y me preocupará el día que desaparezca. Cuanta más música llevas hecha, más te das cuenta de la cantidad de cosas que te quedan por descubrir. Escribir canciones me genera muchos dilemas. Hay días en los que me levanto y creo que todo es una mierda. En otros me siento más animado. Tengo que aprender a convivir con esas bajadas y subidas.

¿Temes repetirte?

No exactamente. Hablaba un personaje de Camus, creo que en “El extranjero”, sobre un solo día de vida que se podría recordar cien años. Una sola historia puede dar para un montón de cosas. Además, con el paso del tiempo miras esas mismas cosas de una manera diferente. En ese sentido, no tengo miedo a repetirme. Uno tiene miedo a sentir que no tiene nada que decir. Se puede caer en un vacío y sentir que te estás muriendo en vida. La música hace que nos sintamos vivos. Y al final, como decía Fernando Alfaro, las canciones son como las malas hierbas: crecen aunque uno no quiera.

Acabas de cumplir 36 años. ¿Pesa más la mochila?

Por el camino vas perdiendo cosas y empiezas a cargar con otras. Con los años endureces la mirada. Hacer canciones me sirve para mantenerme más joven. Uno debe preservar cierta inocencia. Como cuando grababa mi primer disco y no sabía si alguien me iba a escuchar. A la hora de componer, intento abstraerme de lo que pasa a mi alrededor para que las canciones preserven ese halo de pureza que considero necesario. Pero no soy el mismo que cuando tenía 25 años. Tengo que bregar con estos factores.

Sigues a Fernando Alonso, aunque yo te veo más próximo a Manuel Preciado…
[Sonríe] Una cosa no quita la otra. Con el Sporting, la batalla es diaria y más dura. Soy esportinguista hasta la muerte.

Trabajas con dos pieles para las canciones en los directos: la acústica y la eléctrica. ¿Cómo planteas esta gira?

Estamos mirándolo en los ensayos. Queremos actualizar canciones antiguas para que el repertorio guarde unidad. Por suerte, las canciones admiten distintos ropajes. Las eléctricas se pueden volver acústicas. En la gira veré cómo fluye el repertorio y seguramente haré cambios. Cuando empezamos a tocar un tema de una manera demasiado mecánica, lo sustituimos por otro.

ENEMIGO DE LA GRAN INDUSTRIA


Rompes barreras legales optando por lanzar “La zona sucia” bajo licencia Creative Commons. ¿Por qué?
Lo he hecho yo, no el resto de los integrantes de Marxophone. La licencia Creative Commons es una manera de reservarme derechos. Uno de los grandes enemigos de la música es el mercadeo obsesivo con ella. Creo que es más importante compartir la música que hacer negocio. De hecho, compartirla redunda en el negocio. No son cosas incompatibles. El disco se podrá mover libremente sin que prime un ánimo de lucro. Me parece feo que interfiera el dinero. Aunque llevar a cabo todo esto cuesta dinero. Lo más importante es el cariño y la pasión al hacer música.

¿De verdad piensas que el desbaratamiento de la industria es bueno para la música?

Mi planteamiento no es exactamente como ha salido publicado en distintos medios. Tenemos que partir de la base de que no hay un solo tipo de industria. Existe una industria musical que ha hecho mucho daño tanto a la música como a los músicos, así como a los que compramos música. Por otro lado, hay otro tipo de industria que es maravillosa y es la que llena mis estanterías de discos. Reivindico volver a una industria del ocio y del entretenimiento que trate con cariño a la música y a los compradores. Lo que se ha venido abajo es el modelo que teníamos concebido. Los únicos que se molestan por ello son los que se lo tenían muy bien montado. Hay que adaptarse a las nuevas fórmulas de distribución. Crear discos es una actividad demasiado hermosa e importante. No se puede fabricar discos como quien fabrica ladrillos.

¿Nunca te han tirado los tejos de una multi?

No. Y no tendría mucho sentido en los tiempos que corren. Hasta ahora he ido paso a paso, haciendo lo que he querido en cada momento. Veo a compañeros que han tenido malas experiencias en compañías grandes. Si la cosa no funciona, si no hay ventas, todo es muy frustrante. La exigencia de rentabilidad es lo que te mata. Yo no le intereso a las multinacionales. Pero las multinacionales tampoco me interesan a mí.

En el documental sobre los diez años de Limbo Starr sugieres que no es fácil la convivencia laboral con David López.
He trabajado una década entera con David y Carmen, de Limbo Starr. Han tratado siempre muy bien los discos. No puedo decir nada malo de ellos. David y yo discutimos a veces. Dice que es difícil trabajar conmigo y yo digo que lo difícil es trabajar con él. Yo no me considero un tipo conflictivo. Esto se parece un poco a las relaciones amorosas. Quizá, la relación se resintió un poco después de diez años. Debíamos darnos un tiempo. Ellos forman parte de esos focos de resistencia que son los sellos pequeños. Tratan con amor los discos y creen en la música por encima de todo. Por eso me sigo identificando mucho con Limbo Starr.

¿Qué te parece que las reediciones en vinilo de tu material antiguo se publiquen ahora?
Siempre quise que mis discos salieran en vinilo. Cuando empezamos con Limbo Starr no había nadie, salvo algún pequeño sello especializado, que apostara por eso. Se había impuesto el CD como único soporte. Una de las demostraciones de que la crisis está haciendo una limpia en el mercado es el resurgimiento del vinilo. Me gusta lo que está ocurriendo. Ojalá se hubiese instalado esta fiebre del vinilo en su momento. No sé cómo afectaría a la extensión de los discos. “La zona sucia” está pensado para una escucha fluida en vinilo.

¿Hablamos del futuro?
Me veo haciendo canciones aunque no pueda vivir de esto. Las canciones son vocacionales. Muchos compañeros de generación tienen sus trabajos al margen de la música y, aún así, han desarrollado una carrera.

Fuente~

La apuesta del día /


La zona sucia

Qué: disco (edita Marxophone)
Quién: Nacho Vegas

Por qué es nuestra apuesta del día:

Porque el nuevo trabajo del cantautor asturiano no es uno más y se nota: se trata de su primer disco grabado para Marxophone, una especie de comunidad discográfica que surgió como alternativa a los sellos indies tradicionales. Lo que no cambia es el talento de Vegas para construir viñetas de folk sucio y tenebroso: con el tema que da nombre al álbum como carta de presentación, otra gran colección de canciones para acompañar un viaje hacia la nada.


FUENTE~

miércoles, 9 de febrero de 2011

Descarga La Zona Sucia





De la plaza de la soledad para todo el mundo C=


Descarga aqui~~


Track List

01. Cuando te canses de mí
02. La gran broma final
03. Incendios
04. Reloj sin manecillas
05. Taberneros
06. Perplejidad
07. La comedia humana
08. Lo que comen las brujas
09. Cosas que no hay que contar
10. El mercado de Sonora

Nacho Vegas - Cuando te canses de mí

"La zona sucia" es el nuevo trabajo del asturiano Nacho Vegas y el primero que edita en Marxophone, el nuevo sello bajo el que se autoeditán artistas como Refree o Fernando Alfaro. Charlamos con Nacho sobre su nuevo disco y le convencimos para que nos tocara un tema en acústico. Meses antes pasó por Barcelona, acompañado de Fernando Alfaro y Abraham Boba. La idea era conseguir acercar la música del artista a su público a través de preguntas, peticiones y versiones especiales. Estuvimos allí y grabamos algunas canciones, entre ellas una versión muy especial -y en asturiano- del grupo Manel de los que se declara amigo y admirador.

VER VIDEO

Nacho Vegas: "La Ley Sinde no va a servir para nada"

Nacho Vegas es, probablemente, el músico español surgido de la escena subterránea con mayor repercusión y reconocimiento fuera de ella. Sólo Los Planetas le hacen sombra en esto, pero los granadinos hace mucho tiempo que publican sus canciones bajo etiqueta multinacional.

Nacho Vegas, en cambio, publica ahora 'La zona sucia', su quinto trabajo en solitario, y lo hace en una suerte de cooperativa, Marxophone, en la que él, Refree y Fernando Alfaro gestionan todo lo referente a la edición de sus discos.

Una década después de su primer disco en solitario, tras haberse fogueado previamente en bandas como Eliminator Jr., Manta Ray o Migala, 'La zona sucia' de Nacho Vegas vuelve a estar poblada de canciones que hablan de cosas que son difíciles de explicar de manera racional.
- ¿Qué lleva a un músico como Nacho Vegas a tener que autoeditar su nuevo disco y con licencia Creative Commons?

- Es un poco natural, tal y como están las cosas: los sellos discográficos no tienen mucho sentido hoy en día. Y creo que es bueno para la música: los músicos volvemos al centro, asumimos riesgos.

- Ley Sinde, ¿a favor o en contra?

- Las posturas enconadas en uno u otro sentido generan muchas tonterías. Me da pena que sólo se entre a perseguir las páginas de enlaces y no se atrevan con las grandes empresas de telecomunicaciones, algo que da muchas pistas sobre cómo funciona el mundo. Creo que no va a servir para nada.

- ¿De qué película podría ser banda sonora 'La zona sucia'?

- No sé, no lo he pensado... Soy muy fan de Mike Leigh, del ambiente suburbano de sus películas, su retrato de las clases humildes. Quizá algunas canciones de este disco, como 'Reloj sin manecillas', pegarían como banda sonora de alguna de sus películas.

- Es un disco menos dañino, más inocente que otros.

- Puede ser. Pensé que las canciones debían tener pureza, inocencia, aunque luego vuelques en ellas suciedad y sentimientos turbios. Esa mezcla es algo que aprecio de la música tradicional.

- En algunos momentos me he acordado de Andrés Calamaro y no sé por qué.

- Hombre, soy bastante fan de Calamaro así que puede ser, sí.

-¿Te molesta el sambenito de 'música triste' que se adjudica a tus discos?

- No especialmente, aunque es reduccionista. En las canciones hay, sobre todo, sentimientos contradictorios, contrastes, nada absolutamente triste ni absolutamente alegre pero sí algo intenso y radical.

- ¿En qué términos prefieres describir la música que haces?

- No sabría hacer una descripción. Son canciones que hablan de cosas que son difíciles de explicar de manera racional.

- ¿Qué es lo más difícil de escribir canciones?

- El esfuerzo para abstraerme de lo que pasa alrededor y no pensar en todo el circo montado en torno a la música.

- ¿Qué queda del Nacho Vegas de 'Actos inexplicables', tu primer disco en solitario, y qué se ha quedado por el camino?

- Sigue quedando la intención de hacer canciones desde la intimidad y la observación del ahora mismo. Pero con la edad cambia la perspectiva, la mirada se endurece y te despejas de lastre.

¿En qué punto se encuentra ahora tu carrera?

- No soy capaz de mirar al futuro a largo plazo. En esto de la música, cada paso que das te lleva a otro nuevo, conoces gente, su trabajo, su música, te das cuenta de lo poco que sabes,...

- ¿Te has sentido alguna vez como el sucesor de Joaquín Sabina?

- No, pero es un músico que, guste más o menos, ha sabido reinventarse. Hay discos suyos que me gustan mucho y otros que no tanto.

- ¿Te ves haciendo un disco en plan funk o con toques de electrónica?

- Sí que puede pasar, sí (risas). Hay muchas cosas por aprender e intentar y no descarto nada pero ahora mismo no me veo haciendo algo así.

- Las canciones del disco con Bunbury son las que más me gustan de Nacho Vegas, ¿y a Nacho Vegas?

- En cada disco tengo cariño y manía por las canciones pero es verdad que a las de ese disco las tengo mucho cariño y creo que a Enrique le pasa lo mismo. No tengo la sensación de que fuesen canciones menores ni descartes, más bien todo lo contrario.

- ¿Cuál es la función del músico de rock en la actualidad?

- La música tiene que suponer un foco de resistencia, es una de las pocas cosas que puede combatir la insatisfacción ante lo que pasa, es una especie de reducto. Pero la verdad es que la gran industria ha fagocitado lo que el rock significaba en sus comienzos.
- Último descubrimiento musical de Nacho Vegas.

- Villagers, un grupo irlandés.

Fuente~

martes, 8 de febrero de 2011

Me preocupa Nacho Vegas


Vuelve Nacho Vegas con nuevo disco, pero a mí lo que me interesa no es el disco: es Nacho Vegas. Me preocupa, la verdad. Le veo mal de salud, tenebroso en sus frases, triste en sus gestos y con los ojos como hundidos en mitad del rostro, con muy mala cara.

Vegas nunca fue la alegría de la huerta, vale, pero ahora no tiene, definitivamente, buena pinta. Consiguió dejar la heroina para engancharse a la metadona y ahora bebe, admite, en cantidades serias. "El problema es que lo hago cuando estoy solo", dice. "Necesito amigos que beban y se droguen poco, pero no tengo amigos así", explica. Si fuera familiar mío estaría un poco asustado.

Una de las mayores hipocresías del show bussiness consiste en esta indisimulada filia a la muerte. El artista es el torero que se arrima, se arrima, se arrima hasta que un día... Un día lloramos, encendemos velas y escribimos epitafios llenos de gladiolos. Todo con grandes palabras. Primero exigimos el sacrificio, después lo lloramos y repudiamos. Pero cogemos otro bol de palomitas: el show continúa.

Lo mismo rige para el artista, agasajado en el escenario, solo en el hotel (incluso en uno de Estepona, so long, Gary Moore). En cualquier profesión, un trabajador más allá de su límite es invitado a recuperarse. Aquí no. Aquí casi todo invita a lo contrario. Y no sólo la máquina detrás: el público, delante, quiere sangre en la arena. Queremos, como niños, mover nuestras marionetas en el país de los sentimientos.

El tópico del rock and roll -las drogas, los excesos, el descontrol- muchas veces no son más que una pura expresión de miedo al desnudo, al corazón abierto. Es un lugar común en las entrevistas: estrellas con más kilómetros que el baúl de la Piquer que te admiten que sí, que todavía se acojonan "como el primer día" antes de salir a escena o al "quirófano", como me decía uno hace años.

Me he cruzado con Nacho Vegas unas cuantas veces (la última, incluso, tuve la suerte de compartir escenario con él hace unos meses). Además de quijote para su generación e independientemente del acierto o no de sus discos, me parece un tipo de una pieza, honesto, verdadero, de aire vulnerable e incluso un punto inocente.

El tipo de gente que no sobra a este lado de la vida.

FUENTE

Nacho Vegas estrena nuestro Audiomatón


1. El disco que me cambió la vida o me descubrió la música:

La noticia en otros webs
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The people who grinned themselves to death , de los Housemartins. Yo tenía 13 años y lo compré en formato musicasete (o sea, en cinta) en el Alcampo. Iba con mi madre para comprar un chándal para la clase de gimnasia, pero la convencí para llevarme el disco. Bendita sea.

2. Una canción para el sábado por la noche.

Me pondría I thought you were my boyfriend de los Magnetic Fields mientras me plancho el pelo y me pongo sombra en los ojos, y así ya saldría avisado de casa.

3. La canción ideal para un domingo por la mañana.

Some velvet morning de Lee Hazlewood con Nancy Sinatra. Así deberían ser las mañanas de domingo, aunque dependiendo de cómo haya ido la noche se podría escoger otra de Hazlewood, The night before.

4. El disco que me decidió a ser músico.

Eso no es algo que se decida, pero recuerdo escuchar sin parar el Blonde on blonde de Dylan y pensar: "Se trata de esto".

5. La canción ideal para iniciar una revolución.

Si las próximas elecciones en Asturias las gana el General Secretario, habría que reeditar la revolución del 34 y cantar una versión de El quinto regimiento que diga: "Anda, jaleo, jaleo / suenan las ametralladoras / y Cascos se va a paseo".

6. La última canción que me ha entusiasmado.

The Pact (I'll be your fever) de Villagers. A veces me pongo a tocarla y balbuceo una versión en castellano que dice en el estribillo: "Serás tú mi golpe / y yo tu estado".

7. La canción que canto en la ducha

Cada día es una diferente porque siempre me pongo un disco, pero hubo un tiempo en que cantaba mucho Días grandes de Teresa de Christina Rosenvinge. Después tuve la oportunidad de cantarla con ella en directo. De la ducha al escenario, qué cosas.

8. Una canción para alargar la fiesta cuando sale el sol.

Amanecer chungo en el parking de la Heaven, de Don Julio y los Chocolas. El título lo dice todo.

9. Un disco / canción que con el que te dan ganas de beber o fumar...

Siempre me encendía un pitillo a escondidas escuchando de adolescente What she said, de los Smiths, cuando Morrissey cantaba eso de "fumo con la esperanza de una muerte prematura". Tontorrón que era uno, aunque hoy en día suena de lo más políticamente incorrecto.

10. Un disco para comenzar un viaje en coche.

Harvest, de Neil Young. No hace falta saber adónde vas, solo que tiene que ser muy lejos.

11. La canción más triste del mundo (aunque no lo sea objetivamente).

En el sitio donde voy a tomar el café a veces ponen una de Miguel Bosé que no sé cómo se llama pero que a mí me da un bajón...

FUENTE

Lo que comen las brujas- "La Zona Sucia"



a unos días de tener le disco completo..

"No puedes hacer armas arrojadizas disfrazadas de canciones"


Llega el Nacho Vegas más sintético y luminoso.Atrás quedaron las canciones retorcidas; se instala en lo ensencial porque "más que faltar, siempre sobran cosas en los discos", dice, mientras se lía un cigarrillo. Y atrás quedó la industria del disco, después de diez años con Limbo Starr. "Las cosas han cambiado y el paso natural" era la autoedición. Por eso La zona sucia sale con Marxophone, un proyecto que emprende con Fernando Alfaro y Refree.

Fan de Alonso

Aficionado a la Fórmula 1, el título del disco de Vegas se refiere a una parte de las pistas por la que los monoplazas evitan pasar, porque tiene restos de goma y eso les ralentiza. "En la Fórmula 1 sólo vale ganar. Da bastante miedo, la música no es así. Fernando Alonso es un poco hijo de puta, y mola. Tiene un carácter muy asturiano, introvertido. También creo que se hace un personaje, porque todo es muy salvaje ahí. No me gustan los deportistas como Rafa Nadal, tan majos, el perfecto yerno", comenta, tímido.

El 14 de febrero sale el disco, pero ya ha recibido "alguna crítica" acerca de 'Cuando te canses de mí', por alusiones sentimentales. "No puedes hacer armas arrojadizas disfrazadas de canciones; no mola", dice. Así que para no herir sensibilidades al otro lado de la trinchera, modificó la letra. "Es difícil jugar con la crueldad. Puedes quemarte", asume.

Importantes e inútiles

Asegura que "las cosas más importantes de la vida son las más inútiles". Entre ellas, las canciones y el amor. A la que le tiene "cariño" es a Cuando te canses de mi -de las mejores que ha hecho, si no la mejor-, pero no se salva de larelación de amor-odio que acaba teniendo con todas sus canciones."Son como los hermanos: les quieres, pero puedes acabar hasta los huevos de ellos".


Es un disco lleno de asturianía (hay varias referencias a lugares de Gijón) y de asturianos (desde el autor de la portada, Adolfo P. Suárez, hasta Les Guajettes, el coro de La gran broma final), porque "las canciones parten de algún sitio, y tienes que conocer de donde eres" para que se enraícen bien. Por eso, desconfía de los que reniegan de su origen.

Vegas, sin mirar el reloj aunque le esperan en El Masnou para grabar unas voces en el que será el próximo disco de Fernando Alfaro, auguró que El mercado de Sonora será la canción con la que más disfrutará el grupo en directo y "se soltará" porque la van a arreglar diferente a como está en el disco.

Lo que le supone un problema es suplir el coro infantil de la canción Lo que comen las brujas. "Los del grupo tienen voces demasiado de paisano", dice con una sonrisa, porque ya tiene un plan B:"Hacer los coros silbando. Lo malo es que es difícil entonar, y acabas con la boca seca". En todo caso, seguro que el público se lanzará a hacerle los coros. "Eso espero", remata.

El coro de niños, el disfraz de esqueleto que se nombra y lo tétrico de la historia que se cuenta en Lo que comen las brujas la emparienta a la canción My body is a zombie for you, de los californianos Dead Man's Bones. "Me encanta su disco. Estuve escuchándolo mucho el año pasado. Quería usar una nana con un toque infantil y perverso a la vez", reconoce.

La zona sucia empezará a girar el 25 de febrero y, sin salir aún el disco, ya se han ampliado fechas y se han agotado entradas. "Da la impresión de que tienes cosas ganadas que aún no has ganado. Falta que salga el disco y la gente vaya a devolver la entrada, como los gitanos hicieron con La leyenda del tiempo de Camarón", dice. Y, por fin, se ríe.

miércoles, 2 de febrero de 2011

"Las canciones surgen del desorden incomprensible"

Nacho Vegas (Gijón, 1974) cabalga en su último disco por La zona sucia como un kamikaze. El cantautor asturiano ha convertido esta parte de la pista de la fórmula 1, llena de impurezas, en el mejor camino para chocar contra todos aquellos imprevistos que le iluminan y así componer los 10 temas de su quinto álbum en solitario. "Las canciones salen de esos momentos en los que todo te parece que está un poco desordenado. Cuando las cosas no encajan bien y no sabes muy bien por qué", explica el músico en la oficina de su promotora en Madrid.


El artista se estrena en la autoedición con el álbum 'La zona sucia'

El disco sale a la venta el 14 de febrero, "solo por casualidad", y las entradas para el primer concierto de la gira en Valladolid (25 de febrero) ya están agotadas. Aviso para sus seguidores: lo mismo ha sucedido para la cita de Madrid del 24 de marzo y la segunda, confirmada ayer para el día siguiente, podría tener la misma suerte. La gira de presentación recorrerá ciudades españolas hasta abril, para después aterrizar en México y Argentina. Países en los que el cantante llena recintos de más de 4.000 personas, como el teatro Metropolitano azteca.

La cita se celebró una de estas últimas mañanas heladoras de Madrid, con el cantante atrincherado detrás de un té caliente. Nacho Vegas va dejando escapar, casi susurrando, las pistas de un disco en el que las canciones son "más sencillas, no demasiado largas ni retorcidas como en otros de mis discos". Un álbum de no más de media hora, planteado así para la edición vinilo, en el que el amor recupera un cierto protagonismo. "Hablo de la contradicción de que el amor es algo muy poderoso pero también muy frágil".

Esta paradoja la va resolviendo en temas como Taberneros con la ayuda de María y Alicia, componentes del grupo español Pauline en la Playa. "La canción la recogí de una melodía tradicional asturiana de Llanes y decidí cambiarle un poco la letra y el ritmo". Pero la transformación respetó el estribillo en femenino, incluso cuando tuvo que recitar cómo se arrancaría el corazón. En La zona sucia convive, además, un grupo de niñas y niños de entre 5 y 10 años. "Canté con las hijas del cantante de Míster Cometa. Ellas tienen un grupillo de música, Las Súper Roqueras, van con camisetas de los Rolling", recuerda Nacho Vegas sin darse cuenta de que su cara, por fin, dibuja la primera sonrisa.

Algo más cómodo, o eso aparenta, el músico se desquita de esa impronta de rockero maldito y melancólico, cuya autoría achaca a los adoradores del culto a la personalidad, y cuenta qué es eso de Marxophone, su nuevo proyecto de autoedición después de 10 años de carrera con el sello Limbo Starr. "Es un paso natural que tenía que dar porque las cosas han cambiado mucho estos años. Se ha acabado un poco el modelo tal y como lo conocíamos", sentencia. "Los sellos pequeños se están reconvirtiendo en oficinas de contratación y se trabaja un poco más en consenso con los músicos. La discográfica ahora es una parte pequeña, no el centro de una carrera musical".

Nacho Vegas se ha convertido en su principal inversor. En el responsable de establecer los plazos de entrega y grabación del disco. En el creador o, por lo menos, inspirador del diseño. "La portada del libreto es un cuadro de un pintor de Gijón que se llama Adolfo P. Suárez", describe con el compacto en la mano. "La ilustración, una mezcla de edificios de Madrid, Gijón y París, forma parte de un tríptico que saldrá con una edición especial de dos singles". Por atreverse, se la ha jugado incluso con la licencia: por primera vez ha optado por el copyleft.

Y la respuesta a todo esto es el resultado de la crisis que el cantante cree que sufre el modelo de las grandes discográficas "preocupadas por rentabilizar muy rápido los productos". "Solo he mimado mi trabajo. He producido un disco con cariño, lo que me gustaría adquirir como comprador de música".

Fuente~

Nacho Vegas: “Le tengo cariño y manía a todas mis canciones por igual”

Faltan quince días para que salga a la venta ‘La zona sucia’, el quinto disco largo en solitario de Nacho Vegas, y el cantautor ya está agotando localidades de su larga gira para ver su presentación en directo. Hablamos con él en las oficinas de Marxophone sobre su nuevo disco, la evolución de la palabra cantautor o sus curiosas e interesantes declaraciones sobre el posmodernismo derivado en la derecha actual.


Si cada disco que haces te deja una sensación concreta de algún tipo (el más alegre, el más triste…), ¿cuál sería este nuevo disco?
Los discos en principio no los planteo con un concepto o temática particular. Es una colección de canciones, desordenada, caótica… Una vez que lo termino y veo las canciones desde fuera, es verdad que todas pertenecen a un momento y tienen algo común, pero para verlo necesito un poco más de perspectiva, que pase el tiempo. Este disco tiene quizá la temática de la sensación de pérdida o de desarraigo de algo, pero creo que también hay bastante ilusión. Es una especie de pesimismo ilusionado.

¿Cómo recuerdas los discos viejos? ¿Qué sensación te ha dejado cada uno?
‘El manifiesto desastre’ es un disco que veo muy “desastre” en todos los sentidos. Era una época muy caótica. Intenté planearlo, como hago siempre, como si fuera un viaje, con una canción en medio que articule las dos mitades. Ese disco es como un viaje a la inversa, donde el principio era la última canción y el final sería ‘Dry Martini SA’, que era la primera canción. Y en medio había un viaje en el que pasaban cosas muy extrañas.

Has dicho que al repasar tu discografía anterior, algunas canciones te parecían demasiado “retorcidas”. ¿A cuáles te referías?

Tampoco me refería a ninguna en concreto. Al elegir repertorio en la gira pasada, había canciones que me gustaban o les tengo cariño, como ‘El salitre’, que la toqué bastante tiempo, pero que les quitaba una estrofa porque creo que con ellas me alargué más de la cuenta. Al elegir canciones de este disco quería sintetizar más algunas ideas. Pero las ideas que tienes antes de escribir tampoco te sirven para mucho. ‘Taberneros’ dura casi siete minutos.

¿Qué salió primero en ‘Taberneros’? ¿El título, el estribillo? Tiene un punto tradicional como de Lucas 15.
Resurge de una melodía tradicional asturiana, que habla sobre amores y vino traidor. Tenía previsto versionarla para Lucas 15, pero le cambié la melodía, el ritmo, las estrofas y al final fue una canción diferente. Sin embargo, seguía teniendo el punto tabernero, tradicional… y la llamé así por un sitio que se llama Taberneros que hay en Madrid, al que que iba mucho.

¿Ya no vives en Madrid?

No, he pasado temporadas largas en Madrid, pero siempre he vivido en Gijón. Los últimos años alterné ambas ciudades, pero mi casa, digamos, está en Gijón.

¿Lucas 15 está aparcado de momento?
Sí. Hay mucho repertorio, intentamos coger canciones, pero estamos un poco liados. A lo mejor este año nos ponemos con ello, pero no sé.

‘Reloj sin manecillas’, esa canción tan corta y un poco más optimista, sobre todo en el estribillo, ¿es de las que tocarás siempre o de las que no?
Es una canción que tocaré. Lo que pasa es que el repertorio de los directos… voy tocando todas y las que se van cayendo es porque las toco de manera mecánica o automática. Entonces es cuando las sustituyo por otras. Esta canción ya la estamos presentando.

¿Es de tus favoritas?
No sé, le tengo cariño y manía a todas por igual.

Repites coros infantiles. ¿Qué canciones a lo largo de tu vida te han gustado con este tipo de coros?
Hay una de Leonard Cohen que incluye coros infantiles y que siempre me gustó mucho. El concepto de coros infantiles de un disco que salió hace poco, el de Dead Man’s Bones, me gustó mucho también. Este disco tiene detalles de un coro completo, son canciones muy bonitas y al hacer el nuevo disco lo estuve escuchando mucho.

El mundo infantil y las brujas también salen en las letras. ¿Ha sido consciente hacer un álbum con una temática como más infantil por alguna razón?
Sí, pero tampoco es algo de lo que me diera cuenta hasta que terminé el disco. No sé, yo no tengo hijos, pero muchos amigos en esta época tienen críos. A mí me gustan mucho los niños. Cuando los ves, ves alguien feliz, disfrutando de todo tanto… Luego ya las cosas se complican y empiezas a tener demasiado pasado y demasiadas ideas para el futuro. Cuando eres niño es cuando vives el presente de una manera más brutal.

En ‘Cosas que no hay que contar’ hay un piano muy francés, ¿tú crees que puede ser? ¿Ha sido una influencia?
Puede tener algo de francés o de música más europea. Es aportación de Abraham Boba, sobre todo, es algo presente en todas sus composiciones. Toqué con él estos últimos años y tiene un gran peso en la banda.

¿Ves más peso de los teclados en este disco, en ‘El mercado de Sonora’ o ‘La comedia humana’?
Dejo libertad a los músicos, aunque a veces tengo los arreglos en la cabeza o pienso en una línea de teclado. Abraham toca el armonio, el órgano y tiene un montón de instrumentos… Hay un montón de arreglos de ese tipo metidos en el estudio.

En un tema metes la frase “Una temporada en el infierno”. ¿Tú tampoco te has leído el libro, como Fangoria?
¿Fangoria no había leído el libro? (risas) Yo sí lo he leído, pero no hay una influencia directa. Hay un verso parecido en una canción de Leonard Cohen, ‘Paper Thin Hotel’, que dice que para ir al cielo, hay que pasar por el infierno.

¿Te gusta el libro de Rimbaud? Es duro…
No sé, los modernistas franceses no son de mis favoritos. Me gusta un poco más Verlaine, pero tampoco es de mis favoritos.

A la hora de la verdad, ¿qué diferencia ha habido entre este lanzamiento en Marxophone y haberlo hecho en Limbo?
Realmente no hay una gran diferencia. Cuando trabajaba con David y Carmen, decidimos las cosas entre todos. Aquí también hablamos de cómo hacer las cosas. Lo único es que llevaba ya diez años con ellos y como cualquier relación, se ha resentido con el tiempo. También había cambiado el mundo del negocio del disco… Marxophone no es sólo sello sino que trabajamos con los conciertos. Planificamos lanzamiento y gira a la vez. Es un poco parte de la música, todas las decisiones se toman de manera consensuada.

Ellos dicen que volverás (lo llaman “paréntesis”), ¿es una broma o a qué crees que se pueden referir?

¿Lo dicen? No sé, seguimos teniendo relación y tendrán el disco en su página. Cuando lo hablamos, tenía contrato con ellos. Es como cuando en una relación dices: “vamos a darnos tiempo”, aunque cuando lo dices, no se suele volver.

A veces vuelves…

Sí, a veces se vuelve. Les tengo cariño y mucha admiración a su trabajo, no descarto nada, pero ahora estamos empezando algo nuevo.

Sales en el próximo vídeo de Ornamento y delito, ¿cómo te has dejado engañar?
Habían tocado en el Festival de Cine Gijón, me llevaron a un sitio que hacía muchísimo frío. Me maquillaron, me pusieron lentillas para hacer de zombi. Hago de muerto, no hago más que estar muerto. Somos amiguetes, me gusta el grupo y lo hago encantado.

Hay cierta escuela de gente que canta como tú, aunque a ti no te gusta mucho tu voz.
Yo tampoco lo aprecio, tengo un problema con mi voz. Me cuesta reconciliarme con ella. Disco a disco busco la manera de estar cada vez más cómodo y cada vez lo consigo más.

He leído que vas a conceder una entrevista a este blog en el que suben noticias tuyas únicamente. Me ha hecho gracia porque hay artistas que se vuelven contra su página web no oficial. ¿Sigues esta página?
No la sigo porque no soy muy de internet. Utilizo el correo un poco y gracias. Además el ordenador no me funciona bien, no funciona ni la “z” ni la “v”, tengo que copiar las letras con “control + c”… pero me cuentan cosas que han salido. En concreto en este blog igual me sentiría un poco incómodo de leer ciertas cosas, no sé… Recuerdo cuando antes se hacían fanzines, radios libres, que luego eran absorbidos por revistas… Ahora hay otras cosas más como vosotros, y hay que cuidar eso. En la escena en la que estamos son importantes estos medios.

¿La idea de lanzar un 7″ y un 10″ es algo seguro o va a medio plazo?

Es seguro, el single ya está hecho. La idea era tenerlo antes del álbum, pero lo vamos a dejar para el inicio de la gira. Va una cara B que no sale en el álbum con ‘La gran broma final’. Y luego, como otras veces, tengo canciones grabadas que quiero meter en un EP, que saldrá en diez pulgadas. Entre los tres, single, EP y disco, sería como el álbum al completo.

Christina Rosenvinge ha dicho en entrevista que no quieres cantar con ella, ¿y eso?

Eso es mentira, es una mentirosa (risas). No es así. Lo que pasa es que, lo hablamos muchas veces, ‘Verano fatal‘ es un disco apresurado, aunque es bonito y cortito, resulta un poco irregular. Nunca nos sentamos a escribir juntos. Teníamos ideas, pero soy muy pudoroso para escribir juntos, mano a mano, y me cuesta mucho. Pero yo creo que lo haremos algún día.

Pero en realidad has hecho muchas colaboraciones como la de Bunbury…
Ya, pero con Enrique las canciones eran de cada uno. Con Christina es la única vez que me senté a hacer una canción, que fue la del ‘Verano fatal’. Otras canciones que grabamos juntos eran canciones que tenía medio acabadas y ella añadía alguna frase. Pero sentarnos a escribir todo el disco juntos no lo he hecho. Si lo hiciera con alguien, me gustaría que fuera con Christina.

La palabra cantautor ha cambiado bastante desde ‘Actos inexplicables‘, ¿crees que has hecho mucho por esta palabra?
Cuando empecé es verdad que parecía que tenía connotaciones, remitía al rock más que al pop, pero yo me sentía cerca de Fernando Alfaro, Antonio Luque… Yo creo que si no se les llama cantautores es porque salieron con otro nombre (NdE: Chucho, Sr Chinarro). Si yo hubiera salido con sobrenombre, que no lo hice porque no se me ocurrió nada chulo, quizá no se me habría considerado cantautor. Como con lo de salir en la portada.

Con los años, ¿te ha gustado algún cantautor que no te esperabas, tipo Sabina?
Parece que hay que odiarle de adolescente, pero luego te reconcilias con cosas…
Me pasa algo parecido. Tengo en mente muchas canciones suyas porque mi padre lo ponía en el coche todo el tiempo y me llevaba a conciertos. Y luego le cogí manía porque era como lo peor de lo peor. Pero sus primeros discos tienen alguna canción bonita y de todo este disco más rumbero, el ’19 días y 500 noches’, me gustó mucho la producción. Me reconcilié con él. Luego tiene la parte urbana que no me llega nada. También escuché cosas de Aute que me han terminado gustando mucho. Albert Pla me gusta mucho y es un tipo de canción de autor más moderna, que también me interesaba y que me ha influido mucho, le cogí algunas cosas. La chanson francesa también tiene muchas cosas interesantes. Tirando hacia canción sudamericana, Chavela Vargas, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez… han influido mucho en la canción de autor.

Has dicho que la posmodernidad ha derivado a la derecha actual, ¿a qué escena te refieres exactamente?
Es verdad que decir “posmodernidad” no es decir mucho. Me refiero a una especie de carácter, algo que pertenece a nuestra generación, a un sentido del humor, a una mala leche, una especie de cinismo… pero siempre hacia los demás, nunca para reírse de uno mismo. Lo veía un poco en mi generación y ahora lo ves aún en los que tenemos treinta y pico años, aunque con el tiempo yo creo que se tenía que haber perdido eso. Aquello derivó en un individualismo muy salvaje, todo el mundo criticando a todo el mundo. A la gente que tenía alrededor le gustaba más definirse por las cosas que detestaba que por las que les gustaba: “Esto es un asco, esto es una puta mierda” y lo decían con una pasión y una vehemencia… Nada les llevaba a decir las cosas que les gustaban y eso me parecía muy decadente. Creo que no hay que dar tanta importancia a las cosas que no te gustan y yo he aprendido a respetar lo que sea. Esa cosa decadente es lo que yo llamo posmodernidad y que lleva a ese individualismo tan extremo.

¿A qué escena te refieres? ¿Te refieres a algún tipo de música en concreto?
Me refiero a una pequeña burbuja, la escena en que me movía, la escena independiente. Es algo que vi más en los 90, ahora yo creo que hemos madurado.

¿Tú también te ríes de ti mismo cuando te ves en la prensa rosa?

Sí, hombre, claro, te ríes…

Fuente~

martes, 1 de febrero de 2011

Fecha Confirmada

En el Facebook Oficial de Nacho Vegas se ha confirmado la información de su presentación en México.

Hora Viernes, 03 de junio · 20:00 - 23:00

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Lugar Teatro Metropolitan
Independencia, 40
Mexico City

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