miércoles, 26 de enero de 2011

Nacho Vegas se muda a "La zona sucia"

No se trata de una mudanza en el sentido más estricto de la palabra, porque Nacho Vegas siempre habitó ese lugar "desordenado y caótico" donde nacen las canciones, pero el cantante asturiano parece encontrarse más cómodo que nunca en "La zona sucia", título de su nuevo trabajo discográfico.

"Es un sitio que no acabas de comprender muy bien, donde eres incapaz de verbalizar lo que te rodea de una forma lógica, pero que te empuja a componer. Luego esta la parte limpia, más bonita y guay a nivel vital, pero que no te hace sentir la urgencia de escribir canciones", explica Vegas en una entrevista con Efe.

A medio camino entre la nostalgia y la alegría, el artista ha creado un álbum ciertamente contradictorio: "Es lo que ocurre con las sensaciones fuertes, como el amor, que está muy presente en este disco. El amor es un sentimiento muy fuerte y poderoso, pero al mismo tiempo muy frágil. Esas paradojas son las que nutren las canciones".

"La gran broma final", "Taberneros" o "Reloj sin manecillas" son algunos de los diez cortes incluidos en "La zona sucia", un disco que bien podría ser el más optimista en la carrera del músico gijonés.

"Es posible. Hay algunas canciones que arrojan un poco más de luz, e incluso las más duras tienen algo positivo. Los sentimientos más intensos, aunque sean dolorosos, sólo confirman que estás vivo, y eso siempre es bueno", asegura.

Las canciones permiten ver el alma de este artista singular, aunque Vegas descarta la opción de que sus temas sean autobiográficos: "Para crear, la mejor materia prima es la que tienes de primera mano. Uso experiencias personales porque es lo que conozco, pero eso no quiere decir que me desnude en mis letras".

"Cuando coges algo de tu vida y lo vuelcas en una canción, de alguna manera lo conviertes en otra cosa, porque tratas de expresar aquello que no eres capaz de decir de otra forma. Siempre establezco una distancia entre mi vida y lo que cuento en un tema, y así elimino un poco el sentimiento impúdico", confiesa el vocalista.

El mundo de la música se presta al cliché, al tópico facilón sobre los artistas, y Vegas rechaza de plano el que le identifica como un hombre atormentado: "Existe un culto a la personalidad que me parece bastante ridículo. Esas cosas sobre el malditismo nunca me las he tomado demasiado en serio".

Con todo, Vegas reconoce que la felicidad no es su mejor aliada en el ámbito musical: "No se pueden componer buenas canciones cuando todo te va bien. La música es una especie de refugio frente a las partes oscuras de la vida, combate la insatisfacción y tiene algo puro que te hace sentir pleno en determinados momentos".

A diferencia de trabajos anteriores, "La zona sucia" resulta un álbum menos denso y enrevesado, con mayor aprecio por letras de consumo fácil: "He podado mucho estas canciones porque no quería que fueran demasiado complicadas, sino que prefería apostar por algo más sencillo", confirma Vegas.

"Tenía la sensación de que antes retorcía demasiado algunas letras. De hecho, hay algunos temas antiguos a los que ahora quito estrofas cuando los toco en directo. Quería dejar las canciones en algo más esencial, quitar ornamentos y arreglos que, aún siendo bonitos, muchas veces no le hacen ningún favor a la canción", añade.

El nuevo álbum de Nacho Vegas verá la luz el 14 de febrero a través de Marxophone, un sello tras el que se encuentran artistas como Refree o Fernando Alfaro. "Es un proyecto de autoedición. Trabajamos de forma independiente, así que cada grupo toma todas las decisiones sobre su disco. La crisis de la gran industria ha propiciado este cambio que considero muy positivo para la música", celebra.

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