sábado, 8 de mayo de 2010

Grandes historiadores

En la inédita 'Cosas que no hay que contar', el asturiano Nacho Vegas suelta, en una de sus retahílas de frases, la siguiente afirmación: «Hay mil maneras de contar la misma historia». Y esa idea barruntábamos mientras asistíamos a los conciertos del viernes en el Leidor tolosarra. Porque Rafael Berrio y Vegas son gentes hechas de la misma pasta. Arrancó Berrio desgranando sus batallas urbanas en compañía del baterista Iñaki de Lucas, quien le puso un lazo mínimo a la sucesión de canciones del underground donostiarra. Y eso que sus historias duelen, sufren, sangran e incomodan. Recuperando temas de Deriva, o presentando las tonadas que realizó para la exposición colectiva Lieder ('En tu nombre' y 'Absolución'), su actuación nos afiló los colmillos ante ese disco nuevo que saldrá a principios de otoño.

Nacho Vegas comenzó con otra inédita, 'La gran broma final'. Lejos de polémicas, su arte a la hora de contar vidas propias o ajenas sigue mostrándose muy atinado. Con banda completa, el chico atormentado del pop indie actual español demostró que las acciones de sus canciones se defienden en cualquier mercado bursátil. Unas creaciones terriblemente atractivas que se mantuvieron en nuestro podio tras esta nueva cita guipuzcoana.

Con el único inconveniente externo de la voz - algo crujía en el camino entre su micrófono y el altavoz externo- y unos músicos bien contenidos en sus ejecuciones, enamoró a los asistentes hasta el punto de conseguir algo pocas veces visto por nuestras tierras. Con todas las luces encendidas, y tras 10 minutos en los que no se movió ni un pandero de su asiento, Vegas y los suyos tuvieron que salir de nuevo al escenario a tocar un tema. La hora larga de Nacho Vegas se había pasado volando. La mejor señal posible para cualquier evento. Eso, y la emoción que puede llegar a transmitir.


FUENTE.

1 comentario:

  1. Alguien una version de buena calidad de "Cosas que no hay que contar"..??

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